Pedro Sánchez y empresarios españoles, una visita no grata
(Sánchez y empresarios españoles)
Chile Mejor sin TLC
7 de marzo de 2024
El jefe de gobierno de España, Pedro Sánchez, no es una visita grata para quienes defendemos la soberanía de los pueblos. Sánchez viaja acompañado de empresarios de su país para aprovechar nuevas prebendas de que gozarían en materia de infraestructura y precios. El gobierno español que se presenta como progresista fue decidido impulsor del Tratado neocolonial recientemente aprobado por el parlamento europeo, el cual aún no ha sido votado por el congreso chileno. Mientras tanto, continúa vendiendo armas a Israel, incumpliendo sus propias declaraciones y a espaldas de las exigencias expresadas en grandes movilizaciones ciudadanas contra el genocidio perpetrado por Israel contra el pueblo de Palestino, y apoya a Marruecos en su ocupación colonialista e ilegal del Sáhara Occidental desconociendo el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. Se pliega así a la complicidad de la Unión Europea contra estos crímenes de lesa humanidad.
Chile Mejor sin TLC hace notar que la reciente votación del Partido de gobierno español, el PSOE, en favor del tratado Chile-Unión Europea contrasta de forma aguda con las convicciones de importantes sectores sociales y políticos españoles de izquierdas, soberanistas y progresistas, quienes rechazan este Tratado señalando que va en contra de la justicia climática y representa intereses reñidos con la soberanía alimentaria y la agricultura, además de generar otros impactos negativos. Una vez más, nos encontramos ante un gobernante divorciado del mundo social y de los problemas reales que enfrenta.
La revuelta campesina europea
La votación del Acuerdo el 29 de febrero por el Parlamento Europeo fue de 148 votos en contra, 45 abstenciones y 347 a favor. Los diputados españoles del Bloque de La Izquierda Europea (como Manuel Pineda, Miguel Urban, María Eugenia Rodríguez Palop, Esther Sanz Selva) y también del Bloque Nacionalista Galego (Ana Miranda) votaron en contra. Al mismo tiempo durante febrero la inédita movilización campesina europea contra los Tratados de Libre Comercio tuvo hitos destacados en Valencia, Madrid, Sevilla, así como en territorios catalanes (con el movimiento #RevueltaPagesa), y de los vascos, con manifestaciones, cortes de ruta y tractoradas evidenciando las dificultades que vive el campesinado del estado español. Andani García, dirigente campesino vasco y miembro de la Coordinación Europea de la Vía Campesina declaró entonces: “El rechazo a los Acuerdos de Libre Comercio y la reivindicación de unos ingresos dignos están en el centro de las movilizaciones de los agricultores en Europa”.
En diciembre pasado, otras organizaciones españolas firmaron la carta “Basta de Saqueo Colonial. No al Tratado Chile-Unión Europea” impulsada por Chile Mejor sin TLC. Entre ellas destacan Attak, Ecologistas en Acción (Cantabria y Cataluña), Sol de Paz Pachakuti (Galicia), ELA (País Vasco), Asociación Vida Sana, Mujeres de Negro contra la Guerra (Sevilla), Trawunche (Madrid), Centro de Asesoria y Estudios Sociales CAES, Sollidaridad Internaiconal, y Asociación de DDHH (Andalucía), Confederación General del Trabajo, Garbancita Ecológica, y Sociedad Española de Agricultura Ecológica y Agroecología.
Más rasgos coloniales
Por otra parte, el voto oficialista de España aprobando el Acuerdo UE-Chile, que incorpora un sistema de arbitraje similar al contenido en el Tratado de Energía, se produjo el mismo día que el Partido Socialista español (partido de Pedro Sánchez quién además preside la Internacional Socialista) respaldó en el Congreso la salida de España del Tratado de la Carta de Energía, en rechazo al mismo sistema de arbitraje inversor-Estado. Esta aparente incoherencia es una muestra más del carácter neocolonial de este tratado. España y Europa abandonaron el Tratado de Energía para protegerse de poderosas corporaciones que podrían demandar a sus estados cuando toman medidas para frenar los combustibles fósiles. Sin embargo, al mismo tiempo, aprobaron que sus corporaciones transnacionales puedan demandar a Chile usando ese mismo sistema, por ejemplo, si Chile tomara medidas para frenar el daño socioambiental generado por la sobreexplotación del litio o las tierras raras requeridas para asegurar la transición energética europea.
Los urgentes problemas que aquejan a Chile y afectan los derechos y calidad de vida de las y los chilenos sólo se profundizarán con el Tratado y las inversiones de las que los gobiernos de España y Chile se felicitan.
¡No al Tratado Chile-Unión Europea!
¡Basta de saqueo colonial!