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Cristián Cuevas: «Llamaría a los parlamentarios a actuar con nobleza»

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Tras el asesinato de Nelson Quichillao a manos de Carabineros en la protesta de trabajadores subcontratados en la mina El Salvador (Codelco), en julio de 2015, el político y dirigente sindical Cristián Cuevas decide renunciar a su cargo de agregado laboral de Chile en la embajada de España y días después al Partido Comunista en el que militaba desde 1998. Actualmente canaliza su energía en un nuevo proyecto político materializado en la Fundación Emerge, desde la que sigue aportando a la transformación del Chile neoliberal, y que hace menos de un mes se sumó a la plataforma Chile mejor sin TPP ante la preocupación que genera este acuerdo multilateral de libre comercio.

Por Loreto Contreras

Se ha hablado concretamente de las repercusiones que traería la aprobación del TPP. Por ejemplo ante una eventual creación de un sistema de pensiones solidario con aporte tripartito o de un sistema de educación que tendiese a la gratuidad universal. A ustedes ¿Qué punto del TPP les preocupa particularmente?

Mira, creo que leyendo y también reflexionando en relación al TPP, lo que está en riesgo aquí es la soberanía de nuestro país. No estoy hablando desde una perspectiva de defensa nacionalista de nuestra soberanía, sino que estamos hablando de como lo que nuestro país genera, que tiene que ver tanto a nivel de los recursos naturales como su propia institucionalidad a la que definimos, va a quedar prisionera de un andamiaje que la sociedad, y quienes gobiernen mañana, no van a tener ninguna posibilidad de poder generar cambios ni modificaciones. Por eso es de alto riesgo y de un impacto negativo para nuestro propio desarrollo como país.

A priori uno podría decir cómo nos afecta como trabajadores o trabajadoras. Yo más bien me centraría en el tema de la soberanía como una cuestión genérica y de gran importancia en un país que se habla tanto de la defensa de nuestras fronteras, incluso en la relación con nuestros vecinos, con Bolivia u otras situaciones de tensión que podrían haber en nuestra comunidad, en este caso en América Latina. Me centraría en aquello, que es finalmente lo que genera dificultad como en materia de salud y los impactos negativos que va a tener en función de una cuestión que es fundamental para el desarrollo y la calidad de vida de nuestros ciudadanos, de cómo vamos a quedar prisioneros de una forma y una práctica que desconocemos.

Lo otro, si es un tratado que efectivamente beneficia a las mayorías, a la comunidad, a la gente, al pueblo de Chile, ¡por qué se tiene que hacer en secreto, por qué no se da a conocer de forma clara el contenido de este acuerdo!. En una democracia sana no pueden haber acciones secretas que pongan en riesgo a nuestra ciudadanía y nuestro desarrollo como nación.

Respecto a la soberanía, el punto clave del acuerdo es el mecanismo de solución de controversias en el que las transnacionales pueden demandar a los Estados al ver afectadas sus inversiones. ¿Qué te parece que el TPP permita a las corporaciones ejercer más poder y que se impongan por sobre los Estados?

Por eso es tan necesario clarificar ante la comunidad, ante los inversionistas e incluso ante el empresariado nacional, que desconoce quizás lo negativo que va a ser para sus inversiones nacional, cómo van a quedar subyugadas frente al poder de las transnacionales. No puede ser que el poder del empresariado transnacional invisible, ese que no conocemos pero que se mueve en esta órbita global, sea la que finalmente imponga las directrices para este Estado y para este país que se llama Chile.

La acción que ha hecho, tanto el gobierno de Piñera como el de Bachelet, está en contra del interés nacional y por tanto se requiere urgente que se pueda generar una amplia unidad nacional, social, política y cultural que permita tener un debate de cara al pueblo de Chile. Pero también de evitar que se apruebe este tratado que no cuenta con la adhesión, de lo que sabemos de los otros países en los que se está tratando de impulsar, pero que en nuestro país es más dramático porque no contamos con la información oportuna y de masas. La actitud de quienes gobiernan no ha estado con el interés nacional sino que en función de las políticas que impulsan las transnacionales.

Cancillería desestimó el propio estudio que encargó respecto al TPP y además no respondió de forma individual a la interpelación de observadores especialistas en derechos humanos de la ONU, en que les solicitan argumentar cómo van a garantizar el cumplimiento del respeto de ciertos derechos humanos. ¿Qué piensas de esta actitud intransigente que ni siquiera considerará la consulta indígena establecida en el Convenio 169 de la OIT, que el Estado de Chile suscribió en 2008?

Me parece altamente sospechoso y de mucha irresponsabilidad por parte del ministro de Relaciones Exteriores, que es capaz de tener palabras agresivas, violentas y de un colonizador contra el pueblo boliviano, por ejemplo, y no tiene esa misma decisión y ese mismo coraje de dignidad frente a esta operación de las transnacionales. Quiero ser muy claro en esto, que el ministro Heraldo Muñoz es un operador, un lobbista de las corporaciones más que del servicio del interés nacional. Lo digo porque en las embajadas en las que fui funcionario, como diplomático durante un año y medio, son verdaderos operadores de la inversión extranjera más que de realmente hacer diplomacia desde la política. ¿Por qué no se para de igual a igual con Alemania o con el capital norteamericano o canadiense como lo hace con Bolivia? Se negocia de rodillas y ante los Estados pobres del continente es de una arrogancia colonizadora. Es cosa de ver donde buscó financiamiento durante su campaña la presidenta Michelle Bachelet, en el yate donde se reunió con grandes empresarios de la elite norteamericana.

Finalmente, porqué el Estado de Chile ratifica convenios internacionales para ponerse a la altura de la comunidad OCDE para no cumplirlos, se da en el caso del Convenio 169 pero también lo puedo extrapolar al mundo del trabajo con el convenio 8798 de la OIT que el Estado de Chile ha ratificado, pero que no implementa y no cumple. La escena internacional de la política internacional de nuestro país es una performance de buenas declaraciones, de buenas intenciones pero de una práctica subyugada al poder de las transnacionales.

Desde el mismo país promotor, no se tiene certeza de la aprobación o rechazo del TPP, e incluso los 2 candidatos a la presidencia hicieron público su rechazo ¿Te parece que es sólo una medida para ganar adeptos o confías en que hay una mirada crítica desde la ciudadanía del país que lo creó y que está incidiendo?

Creo que en Estados Unidos se ha hecho un trabajo eficiente a partir de la influencia de estas plataformas, como lo es Chile Mejor Sin TPP que realizan un trabajo importante de articulación ciudadana, porque con este acuerdo no se ve solamente afectado el ciudadano sino que los intereses de los inversionistas nacionales, del pequeño y mediano empresario, del emprendedor y que ha tomado conciencia de que son incidentes en las campañas electorales. Puede ser que sea un acto performativo para dejar tranquilos en el proceso, como lo hace Donald Trump con la Hilary Clinton, lo importante es que desde esa opinión crítica que tienen hoy día, nosotros hacerlo en función de los propios estadounidenses –donde nace y emerge este acuerdo – les genera rechazo con mayor razón nosotros deberíamos estar atentos y alertas de porqué ocurre ese hecho.

Esta pregunta es más general, ¿Cuáles son las alternativas que ves tú para la superación del actual sistema neoliberal que tiene Chile más allá de la institucionalidad o de la representatividad?

En nuestro país hay una expresión del malestar, y este malestar social se expresa en las marchas como fue en la multitudinaria por No + AFP, pero no necesariamente está pensando en un cambio de modelo porque lo que esta planteando es una situación que le afecta particularmente respecto a las pensiones y a la previsión, que es una oportunidad para develar todo lo que ocurre en el propio modelo. Lo mismo ocurre con los estudiantes, con el despertar que generó el proceso de malestar y descontento el año 2011.

Ahora, lo que tenemos que reflexionar es tener un plan de desarrollo nacional. Chile carece de ésto, no mira al país en su totalidad sino que más bien va desarrollando políticas propias de un Estado subsidiario o una política para resolver problemas de forma localizada, pero no un plan que tenga que ver con la perspectiva de una nación que se mira pero también mira los cambios y las alianzas que debe desarrollar, desde mi punto de vista, primero con nuestro entorno, nuestro barrio, vale decir América Latina y ver cómo impulsamos políticas que nos permitan generar una relación preferencial con los países del primer mundo.

Lo principal es cómo levantamos una plataforma, un plan de desarrollo nacional en el cual se le den valor agregado a nuestros recursos naturales, cómo logramos destensionar los conflictos que existen en los propios procesos extractivos que generan una tensión con las comunidades. Eso se tiene que construir a partir de un debate de país pero considerando la perspectiva de qué país queremos construir para los siguientes 50 años. Eso requiere de participación y de la expresión mayoritaria de los ciudadanos, porque si uno pregunta en el país ¿usted está de acuerdo con que el agua, el cobre, los recursos naturales sean nacionalizados?; la mayoría ha expresado que si, el tema es cómo eso se implementa en la política de un país pero las elites tienen un capacidad de impedir este proceso. Es lo que ha hecho la Presidenta, dialogar con la derecha en función de impedir cualquier cambio, a debatir siquiera la posibilidad de tener un sistema de reparto solidario y que genere protección social.

Para poder generar la superación de un país profundamente neoliberal, se requiere de políticas de tonelaje mayor pero sobre todo transicionales porque no es que el día de mañana nos toque a nosotros gobernar y de la noche a la mañana vamos a cambiar ésto, pero se requiere también de propuestas que se vayan elaborando y que sean viables en un proceso para ir superando el neoliberalismo más salvaje que hoy vive Chile.

Hace poco se adhirieron a la plataforma Chile Mejor Sin TPP, ¿Cuáles fueron sus motivaciones principales?

Nosotros como Fundación Emerge, hace tiempo venimos siguiendo el trabajo de la plataforma y hemos leído sus análisis, reflexiones e iniciativas que han desarrollado estos meses y como una responsabilidad social de una organización que hace una apuesta a la transformación del cambio social es nuestro deber estar. Ahora, desde la experiencia y desde nuestra incidencia en el mundo social y cómo contribuimos a eso, fue el intercambio que hicimos con el equipo de la plataforma, cómo nosotros podemos contribuir a este proceso. Mi llamado es que en todo el país, donde nos encontremos, en donde estén nuestras fuerzas o nuestras militancias, participen y puedan sumar a fortalecer Chile Mejor sin TPP, poder generar iniciativas, reflexión y debate, llevar este tema a las asambleas de trabajadores, a nuestros pueblos originarios. Nosotros tenemos harta experiencia y mucha conexión con los territorios y los movimientos sociales, a los cuales obviamente vamos a llegar y vamos a tratar de contribuir a poder masificar y poner en alerta la amenaza que significa la aprobación del TPP.

Uno de los principales argumentos de la Cancillería es que Chile tiene acuerdos comerciales con todos los países que son parte del TPP. Desde la mirada laboral, ¿Cuál es tu opinión respecto a los tratados de libre comercio que Chile a suscrito?

 Creo que los tratados de libre comercio, lo que se firma entre los Estados, más bien –en términos generales- es una fluidez de la mercancía y del comercio, o de una oferta de servicios que se ofrecen en nuestro país pero que en estricto rigor, de beneficios reales para los trabajadores es cero. Aquí lo que hay, lo que ha existido en los últimos 25 años, es una profundización de la precarización y de las desigualdades sociales, por tanto los tratados de libre comercio no han sido en beneficio de las mayorías, a sido en beneficio de una pequeña elite empresarial que está coludida con sectores políticos en función de seguir administrando y profundizando este modelo. Yo pregunto, el que me diga que los trabajadores del sector público están mejor hoy día en nuestro país, se le han resuelto sus propios conflictos y sus propias tensiones o sus propias demandas. Si miramos la vida, incluso de los trabajadores del servicio exterior chileno o de los funcionarios de éste, yo interpelaría al ministro respecto a cómo se sienten sus propios funcionarios y en el caso particular de los trabajadores de los principales ejes de nuestra economía, los trabajadores forestales o los trabajadores del cobre o de la industria salmonera, la verdad es que su situación es de profunda precarización y de desmantelamiento de sus derechos.

Con esto no digo que nuestra economía no debe generar intercambio, sin duda el país crece si hay intercambio, pero ese proceso debe estar basado mirándonos a nosotros mismo como país, qué es lo que nos sirve.

Considerando que la aprobación en el Congreso del TPP truncaría todo anhelo de modificación al estado actual de las cosas, y que algunos políticos como Isabel Allende – tras la primera marcha por No + AFP – han salido hablando que apoyan el cambio a un sistema de pensiones solidario. ¿Qué mensaje le darías a estos parlamentarios indecisos que por una parte quieren ganar popularidad al cooptar una demanda pero haciendo vista gorda a lo que implicaría el TPP?

Llamaría a los parlamentarios a actuar con nobleza, con la mano en el corazón pensando en el país que queremos construir en adelante, y sobre todo, pensando en tanto ilustre que nos enseñan de la historia de nuestro país, que jugaron roles emancipadores. Desde O’Higgins y por supuesto pensando también en Salvador Allende cuando se planteó la nacionalización del cobre como el paso a nuestra segunda independencia. Entonces si yo viera un pequeño gesto de ponerse a esa altura moral, valoraría la acción parlamentaria, pero yo creo que están subyugados a intereses económicos de financiamiento legal de la política más que a los intereses de la vida nacional de las y los ciudadanos.

Llamaría a los parlamentarios de nueva generación a marcar la diferencia ética en función de esta tarea, que podríamos decir que es patriótica y que tiene que ver con la soberanía. Y a los parlamentarios en general los interpelaría a salir de la ignorancia supina en la que están de desconocer los impactos negativos que tiene el TPP para el conjunto del país. Los que lucharon hace 200 años para salir de la colonización, lo que están haciendo ellos hoy es ponerle un candado y volverse esclavos y nuevamente colonizados en función de las transnacionales. Lo que están haciendo es volver, nuevamente, a hacer desaparecer este país poniendo en riesgo la soberanía de Chile. Mi interpelación es a actuar con decencia, con una ética en la política y a los que son presidenciales decirles que en sus programas incorporen un elemento que es principal, que es devolver al pueblo la soberanía nacional y que cualquier decisión como esta debe ser consultada por el pueblo informado y no bajo 4 paredes y en intrigas palaciegas o en intrigas comerciales.

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