Francisca Fernández, Movimiento por el Agua y los Territorios: Las leyes de protección medio ambiental no sirven de nada si se aprueban TLCs que buscan la flexibilización de éstos
El Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT) reúne a distintas agrupaciones sociales y territoriales con el objetivo de posicionar el agua como un bien común, es decir, un derecho humano básico consagrado como tal en la Constitución.
De esta manera, sus esfuerzos se han enfocado en erradicar los distintos instrumentos privatizadores de la tierra y el agua, buscando así el fin al lucro y a la visión mercantilista sobre la naturaleza para que ésta deje de ser una mercancía regulada por el mercado.
Dentro de las demandas que ha levantado el MAT está la derogación del Código de Aguas, fin a la privatización de los bienes comunes y también la no ratificación del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP-11), ya que lo identifican como uno de los instrumentos más riesgosos en torno a la privatización de las aguas.
Francisca Fernández, encargada de zona centro del Movimiento por el Agua y los Territorios explica las falencias del estado chileno en materia de protección al medioambiente y la relación que tiene la intensificación de las inversiones extranjeras con la desprotección de la naturaleza en Chile.
¿Cuáles son las principales preocupaciones respecto del medioambiente en Chile?
Desgraciadamente, sigue siendo el mismo tema que cada vez se profundiza y tiene que ver con la lógicas de privatización. Hoy por ejemplo se está señalando una serie de decretos y de reformas que no están cambiando lo sustancial que es, justamente, que en Chile, tanto el agua, como los bienes comunes, están privatizados, por dar un ejemplo, en este momento y desde hace bastante tiempo se está debatiendo la reforma al código de aguas donde se había quitado la figura de “derechos de agua a perpetuidad” dejándolos por 20 años, y ahora nuevamente se retorna a la figura de “a perpetuidad”. Entonces, una vez más la peligrosidad tiene que ver con privatización, gestión y con la, prácticamente, nula presencia de organismos fiscalizadores.
¿A qué responden estas falencias del estado Chileno con respecto al cuidado del medioambiente?
Nosotros creemos que es una falencia estructural, heredera de la constitución de 1980. Esto es estructural, viene acarreándose desde los años 80s y sin duda que en el gobierno de Piñera se ha intensificado las políticas privatizadoras, por ejemplo, ya en marzo, dijo que iba a profundizar la inversión extranjera en Chile y cuando habla de eso, está hablando de inversión donde hay precariedad laboral a costa de ganancias que, además, se generan para trasnacionales o empresas privadas.
¿Por qué no se condicen las ganancias de las grandes empresas con la protección al medioambiente en Chile?
Tiene que ver con una suerte de libre comercio en que nos dan leyes. Primero tenemos leyes inexistentes de protección; segundo tenemos medidas que incentivan la privatización y la profundización de ganancias y no la protección de los bienes comunes naturales. Y algo que se vincula, obviamente, con esto es la intensificación de la firma de tratados de libre comercio donde lo único que están generando es incentivar más la flexibilización laboral y que se pueda hacer todo tipo de transacción sin necesidad de aplicar restricciones tanto en el trato al medioambiente como a los trabajadores y trabajadoras.
Entonces, ¿los TLCs vienen a consolidar una visión de la economía extractivista en el país?
Absolutamente, por ejemplo, logramos generar una matriz constitucional distinta, pero mientras sigan existiendo tratados de libre comercio inmediatamente nuestros derechos constitucionales a nivel nacional se ven minimizados ante un acuerdo en que siempre las ganancias son para el país potencia.
En ese sentido, siempre vamos a ser los perjudicados porque históricamente nuestro país, como nuestro continente, han sido lugares extractivistas, en tanto que las grandes potencias se alimentan de las ganancias de la extracción de las mal llamadas materias primas. Los TLCs justamente se piensan para ver cómo conseguir ganancias a costa del país más chico que se anexa a este tratado.
¿Consideran que los acuerdos comerciales con países de la misma región pueden resultar inocuos?
No, nosotros hemos sido más categóricos con eso, creemos que la lógica de incentivar un modelo neoliberal-extractivista con países con una realidad cercana siguen teniendo el mismo efecto en el ámbito de la salud, trabajo y medioambiente, porque sigue primando la reglamentación que se establece en el tratado de libre comercio y no en relación a la protección que hay en cada país. Por mucho que estemos vinculándonos con otros países con una realidad más parecida, seguimos insertos dentro de la misma lógica, somos sólo países extractivistas. Lograr un cambio radical a nivel de estructura, no nos serviría de nada si no generamos un cambio en términos de las relaciones entre países para la generación de economía.
¿Cuáles son sus propuestas frente a este sistema económico?
Nosotros tenemos claro que el extractivismo mata y lo vemos en lo que pasa en Ventanas o Puchuncaví. Entonces la única posibilidad es fundar una nueva matriz productiva y una nueva matriz energética donde lo real y lo sostenible tiene que ver con la gestión de la economías territoriales, en términos de producir y consumir lo que producido a nivel regional y de ahí generar redes solidarias que complementen la economía de cada uno de esos sectores.
Nos parece que también está esta idea macabra de que generar todos estos grandes proyectos energéticos es en beneficio de toda la sociedad chilena y no es así, en general es para la venta al exterior o la generación de ganancias para algunas empresas.
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